🎴Ghosting 😶🌫️
La falta de contexto o el misterio de las catedrales ⛪️ Un concepto que me invento: autoghosting y conversaciones de ascensor.
El otro día estuve charlando de nuevo con mi amiga Bárbara, hay que ver la de reflexiones que me quedan de nuestras conversaciones. Ella también se dedica al Yoga (con yoga me refiero a meditación, asana, pranayama, etc) lo que se traduce muchas veces en analizar nuestros comportamientos, no juzgar, intentar sinceramente aplicar las enseñanzas de lo que predicamos.
Pues nos pasó algo interesante: sacamos una conclusión a priori sobre una situación que luego resultó no ser. Y eso nos dio para reflexionar y por supuesto reconocer el fallo. Tampoco fallo que para eso escribí esta carta sobre “los errores”.
Familiar, ¿verdad?
Cuando estás pendiente de una llamada, por ejemplo, y no la recibes y te montas una película siempre dramática. O te mandan un mensaje y, por cómo te sientes hoy, lo interpretas desagradable. O ese no responder inmediato a la info enviada, ¿qué pasa?, ¿se lo está pensando?, ¿tiene dudas?, ¿pasa de mí?
Digo que la película es dramática porque los humanos, para garantizar nuestra supervivencia, estamos diseñados con una pincelada extra de negatividad. Sin ser conscientes (SNA) estamos pendientes de las señales de peligro más que de las de seguridad.
Los vacíos de información.
Llanuras de silencio que pesan como una losa, los minutos resuenan haciendo eco y se alargan hasta el infinito. En esta carta (por cierto la primera que mandé desde aquí, en abierto para todos los suscriptores de la newsletter), hablaba del ghosting y por qué es un arma penetrante, hiriente e invisible hacia los demás: esa necesidad que tenemos de cerrar a nivel emocional, esa crueldad - consciente o no- de dejar puntadas sueltas (ya seamos receptores o perpetradores del ghosting).
Pues aquí viene un concepto clave, el contexto, y otro que, ¡sorpresa!, nos va a explicar bastante: nuestro sistema nervioso. Veamos la relación entre los dos.