🎴Los errores
"L´inconnu", soltar el control, how human of me y la maravillosa sabiduría de la carpeta del cole.
“Dentro de cada día hay esos pequeños pero espectaculares momentos de error o fallo - retrasar la alarma presionando snooze muchas veces, no practicar yoga, saltarnos el desayuno, perdernos en un vórtice de internet durante horas, decir algo tonto, olvidar decir lo correcto, tirarnos al chocolate o beber demasiado vino. Pero creo que eso es ser humano. Estamos constantemente fracasando y si aprendemos a abrazar los pequeños contratiempos, los mayores no podrán agitarnos tanto porque simplemente significa que hemos intentado algo. Sencillamente se convertirán en una parte, o espacio de la existencia - intentarlo, generar resistencia, intentarlo de nuevo”.
La frase ( o texto) no es mío, lo tengo guardado desde hace tiempo y me gusta releerlo de vez en cuando porque esto, todos estos errores, fallos, debilidades, incorrecciones es lo que significa ni más ni menos ser humanos, eso y dejar que la respiración nos haga comenzar de nuevo cada instante llenos de frescura.
Pero muchas veces estos errores nos desbordan y entramos en el loop de, no sólo analizar algo probablemente sin importancia, sino sumergirnos además en el pegajoso e inútil terreno de la culpa.
Sin embargo podemos sustituir todo esto por una frase que viene acompañada (es más efectivo) de sonrisita🙂:
How human of me…
Pues claro que decimos alguna tontería, que nos tropezamos, que nos equivocamos de salida, que se nos olvida responder ese email o un cumpleaños, que nos quedamos en blanco, que nos dormimos o nos despertamos demasiado pronto, que no tenemos tiempo, que lo planeado con mimo no sale bien, que no nos hemos dado cuenta, que metemos la pata. ¡Pero claro! lo realmente milagroso, si lo pensamos, es que de todas las cosas que programamos, hacemos y nos enfrentamos cada día (reuniones, emails, agendas, citas, comidas…) todo ese encaje de bolillos o castillo de naipes que montamos a diario llegue intacto a la noche. Quizá un poco torcido pero casi siempre intacto. Increíble. Entonces le pillamos el gusto al tema, nos colgamos la medalla del mérito, ponemos la intención en que mañana sea más perfecto aún y… cuando la impresivilidad de la vida se muestra en su esplendor, nos enfadamos y cargamos de culpa en vez de recordarnos: