Este post sigue el hilo de anteriores publicaciones: Gut Feelings y La relación con tu cuerpo
En las formaciones ya sea de Lighthouse o BSMT®Yoga siempre hay que venir con dos libretas. Una grande, tamaño folio, para tomar miles de apuntes. Otra más personal, bonita, donde anotar nuestras experiencias, reflexiones tras las prácticas o ciertas preguntas que hacemos y van marcando los pasos de nuestro viaje.
Una de esas preguntas para la libreta especial surgió durante formación avanzada 300 horas al hablar de prana:
¿Qué sientes en tu cuerpo en este momento?
Y aquí igual, animáos a pensarlo y contestad.
Y a continuación:
¿Sentís frío, calor, sequedad, dolor, contracción, expansión? ¿la respiración? ¿la digestión? ¿Ojos secos, acuosos, cansados? ¿hambre o sed?
Seguro que ahora las respuestas son más detalladas y extensas que con la primera pregunta. Así de densa está nuestra mente, de desconectada del cuerpo.
¿Cómo te sientes estando contigo misma en este momento?
Quédate con esta pregunta y vuelve a ella varias veces durante el día. Un momento para percibir. Una breve ojeada a lo que realmente está ocurriendo en tu interior. Una invitación a darle un giro a tu atención, sin forzar ni presionar, sólo notar.
Con la opción de mirar a otro lado si lo necesito. O mirar más allá si así quiero.
La pregunta es muy simple pero despierta un hilo de conexión con nuestro interior que es muy fácil dejar olvidado a medida que el día sigue, y con ello, la vida.
Esta curiosidad silenciosa es poderosa y necesaria. Sirve como espejo que refleja la manera que actuamos en sincronía con quién deseo ser, y también las maneras en las que me olvido. Mantener esta pregunta cerca como un compás, como un mapa de vuelta al corazón, como un recordatorio de la presencia a la que siempre podemos volver, incluso tras las innumerables veces que nos extraviamos.
Sin embargo esta mirada al interior no es fácil siempre, depende de la relación con nuestro cuerpo, con nuestra capacidad de interocepción.
Muchas personas han “aprendido” que su cuerpo es un sitio peligroso que habitar, imprevisible.
Hay momentos, quizá tras una lesión, una pausa llena de silencio, respiración profunda o tras una pregunta como la anterior, en los que te das cuenta de que has estado viviendo en tu cuerpo todo este tiempo sin saberlo. Sin habitarlo por completo.
Vivimos pensando en el cuerpo como una herramienta, una máquina, un medio o un vehículo. Algo que optimizar, disciplinar, exigir más. Algo que ignoramos hasta que llama nuestra atención enfermando.
Hoy hablamos del concepto embodied, embodiment o encarnar en castellano y que no va de cuánto peso puedes levantar, de lo “correcta” que haces una postura, ni de lo bien que "escuchas" a tu cuerpo cuando te conviene.
Embodiment es la forma en que te experimentas a través de cada capa que conforma existencia.
Pensamos que pensamos 🙃 con la cabeza, ahí ubicamos la mente, nuestro yo pensante, el que toma decisiones, discurre ¿no es cierto?
Sin saberlo, dibujamos una fina línea cartesiana horizontal a la altura del cuello, que separa cabeza y cuerpo.
Sin embargo, hay una cosa curiosa, cuando alguien pregunta por algo relacionado con nuestros sentimientos o queremos defender nuestra postura o hacer prevalecer nuestra verdad, decimos “porque yo….”, “a mí….”, y señalamos el centro del pecho.
Entonces ¿dónde estamos exactamente, dónde nos ubicamos?
¿No somos nuestro pie, cadera derecha, corva izquierda o zona lumbar? ¿No somos también nuestra nuca, la costilla flotante izquierda y la nalga derecha aplastada ahora misma contra el sillón?
Sentimos con todo nuestro cuerpo, eso está claro, y la mente le da orden a toda esa tormenta sensorial.
¿Seguro?
Spoiler: el cuerpo piensa, se expresa y construye nuestra realidad.
¿Pensar con el cuerpo?
Distintos autores y nuevas ramas de estudio sostienen esta línea de pensamiento.
Por ejemplo, Lanei Rodemeyer exploró cómo nuestra experiencia corporal no es fija, sino que va cambiando con el tiempo, las relaciones y la cultura. Afirma que nuestros cuerpos no son solo biológicos, sino vividos, relacionales y fluidos.
La ciencia cognitiva corporizada (Embodied Cognitive Science) que desafía teorías como el dualismo cartesiano entre otras, se basa en investigaciones recientes en psicología, lingüística, ciencia cognitiva, sistemas dinámicos, inteligencia artificial, robótica, cognición animal y neurobiología.
Defienden el papel activo y significativo del cuerpo en la cognición, es decir en el pensamiento, aprendizaje, memoria, conciencia, sentido de la realidad, juicio (o sea todas esas labores que siempre ubicamos en el cerebro/cabeza) y que, por tanto, de deben tener en cuenta las experiencias corporales a la hora de entender la mente y capacidad cognitiva de una persona.
Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch definen la “corporización” de la siguiente manera:
“Al usar el término corporizado queremos resaltar dos puntos: primero, que la cognición depende de los tipos de experiencia que provienen de tener un cuerpo con varias capacidades sensoriomotoras, y segundo, que estas capacidades sensoriomotoras individuales están embebidas en un entorno biológico, psicológico y cultural más amplio.” — Francisco J. Varela, Evan Thompson, Eleanor Rosch. The Embodied Mind: Cognitive Science and Human Experience, pp. 172–173.
Merleau-Ponty, una de las voces más influyentes de la filosofía de la corporización, argumentó que la percepción no está separada del cuerpo. ES el cuerpo. No solo vemos, tocamos, sentimos o nos movemos. Experimentamos el mundo a través de nuestro cuerpo. Nuestro sentido del yo no es una construcción intelectual, sino un diálogo continuo del cuerpo con nuestro entorno.
Maxwell Maltz, pionero en la integración de la cibernética y la psicología de la imagen personal, observó que el cerebro y el cuerpo se relacionan y funcionan juntos en la búsqueda de objetivos, que van ajustando según la información sensorial.
Si nuestra percepción es embodied o a través del cuerpo, entonces cómo nos vemos a nosotros mismos —nuestra postura, movimiento y presencia— configura directamente nuestra realidad. Maltz propuso que, al cambiar las percepciones, modificamos no solo nuestra psicología, sino también nuestra experiencia física del yo, reforzando que la encarnación o embodiment no es estática, sino un proceso adaptativo.
Esta perspectiva desafía la dualidad o desconexión mente-cuerpo, mostrándonos lo somático, perteneciente al cuerpo, como la base de toda experiencia. No solo algo en lo que pensamos, sino algo que vivimos de forma activa, real, aquí y ahora.
Cinco dimensiones
Tu cuerpo no es solo algo que tienes, ese vehículo torpe que te permite hacer casi todo lo que tienes en mente.
Tu cuerpo es un proceso, una experiencia, una realidad viva moldeada por cinco dimensiones entrelazadas:
Experiencia Sensorial: Todo lo que percibimos a través de los sentidos: olores, roce de la ropa, temperatura, vibración, colores, reflejos, susurros, sabores… Tu cuerpo conoce el mundo mucho antes de que la mente le dé una explicación.
Experiencia Corporal: aquí estarían las cepciones: la sensación de garganta apretada si tenemos miedo o estamos alerta, mariposas en el estómago, sentir la respiración, tensión en nuestros tejidos… la huella de cada emoción.
Experiencia Cognitiva: Qué piensas sobre tu cuerpo. Tus narrativas sobre lo que es bello, lo que es fuerte, lo que está roto, lo que debe mejorar, lo que es inútil, lo que da vergüenza, lo que hay que ocultar. La forma en que aprendiste a desconectarlo, ignorarlo, suprimirlo o controlarlo. Los pensamientos que tienes sobre tu cuerpo se convierten en los pensamientos que tienes como cuerpo pensante.
Teniendo en cuenta que llevamos en nuestro interior todas las personas que hemos sido como muñecas rusas (desarrollaré más esta idea en una carta futura): la niña, la adolescente, la adulta, la madre…
Todas han ido cincelando nuestra expresión, nuestra forma de caminar, de movernos por el mundo, de relacionarnos.
Experiencia Intersubjetiva: Tu cuerpo no existe aislado. Estás constantemente reflejando, sintonizando y respondiendo a los demás. La teoría polivagal nos da mucha info sobre esto. Cómo de manera inconsciente somos moldeados según donde estemos, con quién, si nos sentimos seguros. Cómo eso afecta a nuestra postura, respiración, retirada o alerta apenas imperceptibles. Nuestro cuerpo ha abandonado una escena mucho antes de que lo verbalicemos y nos vayamos físicamente. Cómo captas la energía antes de que se pronuncie una palabra. El cuerpo está programado para las relaciones: se moldea con cada tacto, cada mirada, cada sonido, cada expectativa depositada en él.
Experiencia Discursiva: El lenguaje, la cultura y las historias moldean la corporeidad. Cómo el género, la raza, la discapacidad y el poder definen qué es un cuerpo "aceptable". Las reglas que hemos internalizado sin darnos cuenta, poco a poco, desde la infancia. Estas fuerzas moldean no solo cómo vemos nuestros cuerpos, sino cómo nos sentimos en ellos.
Estos días estoy leyendo Inteligencia Intuitiva de Malcolm Gladwell y aunque no trata de esto en concreto, hay unos datos muy interesantes relacionados. En el capítulo 3 habla de prejuicios que en psicología lo llaman “asociaciones inconscientes o implícitas” y de hecho hay tests llamados TAI (IAT en ingles) que miden esos “prejuicios”. Os invito a leerlo porque hay distintos estudios que demuestran como nuestras creencias, aunque inconscientes, cambian la manera en la que nos relacionamos y desenvolvemos en el mundo.
Volviendo a las 5 puertas o experiencias, ninguna de ellas existe de forma aislada. Se relacionan, mezclan, superponen y refuerzan mutuamente en un ciclo continuo de retroalimentación: tu corporeidad se moldea por las señales que le envías.
Cada pensamiento, cada respiración, cada movimiento afecta al sistema, reforzando patrones de comodidad o tensión, conexión o separación.
Tu cuerpo no solo recibe experiencias pasivamente; predice, se adapta y se reorganiza en función de lo que haces constantemente.
Cuando cambias tu forma de moverte, te sientes diferente; cuando te sientes diferente, afecta o cambia tu forma de moverte.
La encarnación, corporeidad o embodiment no es algo estático sino un proceso orgánico de recalibración continua.
Consciencia y movimiento
Esta relación entre consciencia y movimiento fue la base del trabajo de Moshé Feldenkrais. El ingeniero y físico demostró que el movimiento es la clave para cambiar nuestra percepción de nosotros mismos. Mejorar nuestro movimiento conduce a un mejor pensamiento, percepción y sentimiento, y que al refinar nuestros patrones de movimiento, reescribimos la percepción del sistema nervioso.
El método Feldenkrais enseña que cuando mejoramos la conciencia, liberamos el potencial de movimiento que antes estaba oculto por la tensión inconsciente y los patrones ineficientes.
Por eso, la encarnación o el embodiment no se trata de "esforzarse más", sino de moverse de forma diferente, eficiente, funcional, orgánica.
Cuando cambias tu forma de experimentarte en movimiento, cambias tu forma de experimentarte en la vida. Es una de las claves que desarrollamos en BSMT@Yoga
Seguro que si somos practicantes lo hemos experimentado, cómo ha cambiado nuestra forma de ver la vida poco a poco, esculpiendo nuestras preferencias, atención, cuidado, prioridades.
La encarnación/embodiment es sensibilidad, adaptabilidad y presencia: la capacidad de moverse con inteligencia, responder y conectar con la vida desde un espacio más profundo.
Embodiment no es sólo consciencia es:
Conexión activa con el momento presente: la capacidad de habitar plenamente el ahora, en lugar de quedar atrapado en viejos patrones de movimiento, hábitos inconscientes o expectativas externas. En lugar de estar con el piloto automático, sentimos una profunda sintonía, donde percibes cómo responde tu cuerpo en tiempo real: sus tensiones, expansiones y cambios sutiles.
No solo significa reconocer la tensión, sino también cultivar aquello que nos nutre y comprender que el placer es inteligencia en acción. Cuando buscamos la comodidad, gusto, placer, conectamos con la eficiencia, la tranquilidad y la vitalidad naturales del cuerpo.
Ambos hacen que embodiment deje de ser un concepto para ser algo que vivimos. Nos invitan a habitar nuestro cuerpo plenamente ya sea en movimiento, lo vemos en la formación BSMT- Soma y BSMT-Asana (movilizar) en quietud como trabajamos en BSMT-Calma y más allá de la esterilla, en el ritmo de la vida diaria.
Entrar en el cuerpo:
Hay una frase de Galeano a la que vuelvo a menudo:
“La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa.
La ciencia dice: El cuerpo es una máquina.
La publicidad dice: El cuerpo es un negocio.
El cuerpo dice: Yo soy una fiesta.”
―Eduardo Galeano
El mundo del fitness dice que dominemos nuestro cuerpo, la autoayuda y en ciertos entornos somáticos se dice que escuchamos nuestro cuerpo…
El cuerpo no es algo que se pueda controlar, eres tú.
Es una inteligencia en la que participar, muy sensible, que se ve afectada por todo alrededor (sensaciones, conceptos, cultura), y en nuestro interior (creencias, ideas, complejos, cepciones)
No es un problema por resolver, no es el enemigo. Es nuestro hogar, el lugar donde hemos nacido.
No es algo que arreglamos para funcionar en el mundo. Es el mismo mundo.
Embodiment no es algo que se pueda mejorar, en lo que destacar, no es un logro. Es algo que recuerdas. No es algo que se ve desde fuera, es una experiencia multidimensional, personal, que requiere de atención…y un poco de indagación.
Cuando sientas tensión en vez de estirarte en la esterilla o al fisio, pregúntate dónde empezó.
Cuando te sientas desconectada o abrumada, no te limites a pasear o salir cuanto antes de ese estado; pregúntate qué historia está presente en tu interior.
Cuando te muevas, no lo hagas ausente; pregúntate cómo se siente desde dentro.
Esto nos ayuda a movernos de forma distinta por el mundo, ocupando nuestro espacio sin esfuerzo, a ser independientes: ningún entrenador o profesor de yoga conoce tu cuerpo mejor que tu propio cuerpo y, sobretodo, a entender que el cuerpo no es solo una herramienta para la supervivencia o un bien que explotar sino un medio para la alegría, la conexión y el significado.
🩵
Próxima semana, lápiz y papel, os propongo temas para reflexionar y divertiros en Semana Santa.