🎴Yoga para las olimpiadas
Las increíbles capacidades del yogi. Si lo buscas es que no lo eres.
Una noche del pasado verano fuimos a cenar con unos amigos, estábamos en plenas olimpiadas, comentando distintos aspectos como por qué karate lo habían sacado de estos juegos para meter por ejemplo break dance, lo mucho que nos gustó ver skate, la polémica de la boxeadora argelina, etc.
En cierto momento surgió la pregunta:
¿y el yoga no debería estar en las olimpiadas?
Seguida de un silencio sepulcral.
Borja y yo no necesitamos ni mirarnos para saber lo que piensa el otro en estos casos.
Es una cuestión que ya nos han planteado en otras ocasiones y sabemos de “estilos de yoga” véase Bikram, que incluso lo propusieron.
Explicar en una distendida cena veraniega lo que es yoga de manera sencilla, fácil y que se entienda para personas que piensan que yoga es lo que ven en las redes sociales, es decir, piruetas complicadas… no es fácil.
Borja tiró la toalla y me pasó directamente la patata caliente con un: te lo dejo a ti.
Tomo aire profundo. Respuesta:
“Yoga realmente tiene poco que ver con el físico. Nuestro cuerpo es algo que trabajamos con las posturas para ir desarrollando nuestra atención, para poder estar cómodos sosteniendo una práctica de meditación”.
Ante esto, mirada incrédula y comentario: - “….pero son posturas…yo he ido a clase de yoga y lo que hacíamos eran posturas…”
Respuesta: - “En clase para principiantes se hacen sobretodo posturas como una manera de entrar en contacto con tu cuerpo, con tu energía, estar cómoda en tu piel, ir refinando tu atención. Pero si tu profesora se queda en ese aspecto y sólo enseña eso, no has ido a la clase adecuada para aprender realmente yoga”.
Qué difícil deshacernos del aspecto físico, visible, material, tangible, fotografiable, demostrable.
Si yoga fuera posturas (asanas), todos los equipos de gimnasia rítmica, saltos de trampolín, gimnasia artística… son unos yogi-nis avanzados, ¿verdad? ¿por qué no dan clases de yoga? Para ellas es tan sencillo como para cualquiera de nosotros ponerse a la pata coja. Hanumanasana, vichrasana, sirsasana, urdva dhanurasana, kurmasana, eka pada koundinyasana… ¡Un chiste!
Lo que fascinó del yoga a occidente (a principios del Siglo XX), y por eso se hizo tan popular, fueron los poderes yógicos: respiraciones, temperaturas, latidos cardíacos, estados de consciencia, clarividencia, telepatía, etc. Los viajes, plasmados en libros, de Alexandra David-Néel son un ejemplo de lo que fascinó en la época.
Os dejo estas palabras de un estudio muy interesante de Cassandra Vieten et al, “Future directivos in meditación research: Recommendations for Expand the Field of Contemplative Science”
“Los meditadores avanzados han demostrado al menos 12 capacidades perceptuales que los científicos previamente habían descartado como imposibles. Esas capacidades incluyen, por ejemplo, sueño lúcido, sueños profundo sin sueños lúcido, y una capacidad de percepción y sensitiva veloz y elevada. ¿Qué otras capacidades esperan ser reconocidas? Alrededor de la mitad de los meditadores de nuestra muestra informaron de experimentar clarividencia o telepatía (percibir información que no podía haber llegado hasta ellos por ningún medio físico, y que terminó siendo cierta) al menos una vez. No sólo eso, sino que la mayoría también encontraron la experiencia “agradable” y “muy significativa, importante”.
En realidad, si yoga fuera a las olimpiadas se practicaría en una sala llena de científicos en bata con maquinaria para medir ritmo cardíaco, ondas cerebrales etc. y ver quién alcanzaba estados como el de sueño profundos sin sueños, u ondas delta, estando conscientes (Yoga Nidra) o las ondas meditativas, quien detiene su latido cardíaco a voluntad o eleva la temperatura de su dedo varios grados.
Estas capacidades son reales y están medidas en occidente, podéis leerlo aquí.
Sin embargo, ¿qué verdadero yogi se sometería a esto? ¿A demostrar sus habilidades para ganar una medalla? El hecho de desear un premio por nuestra capacidad somático-mental es señal justo de lo que la práctica de yoga busca erradicar: ego. Así que el que quisiera ir a lucirse a las Olimpiadas tendría muy poco que ver con el yoga, estaría en pañales en la práctica.
¿Y no van a las Olimpiadas los mejores de cada categoría? Sería un sinsentido.
Por tanto, es una contradicción que yoga vaya a las olimpiadas porque posturas o asanas son el 5% de las prácticas de yoga y ¿qué vas a evaluar entonces? ¿Estados meditativos, cómo de rápido perdonas una ofensa, tu disciplina practicando mantras, lo que tardas en entrar en estado meditativo y cuánto tiempo pasas allí? ¿Quién puede medir eso? Tenemos sensores de ondas cerebrales pero, como dice Cassandra, hay cosas que se comprobaron en su estudio y no se pueden a día de hoy medir, cuantificar, plasmar en una estadística sobre el papel.
¿Quiere decir eso que no existe? Esta científica y su equipo lo comprobaron. Hay cosas que no se pueden medir y eso no quiere decir que no sea cierto. Las emociones ¿se pueden medir? Si yo te digo que he experimentado asombro al ver el castaño rosa del camino a tu casa, sentir el delicado olor de azahar del limonero, cómo ha mejorado el níspero al plantarlo en el suelo… ¿me crees o no? No tienes un aparato conectado a un sensor en mi cabeza que te diga si he experimentado asombro y a qué nivel.
Imagino que tendremos que seguir tirando, como hemos hecho hasta ahora, de aspectos incuantificables como la fe y la confianza.
Tendremos que seguir lidiando con nuestras dudas (¿me habrá mentido?, ¿me ha dicho que le ha asombrado para darme gusto? ¿se está riendo de mí?), aunque queramos certezas de todo, certezas que estén por escrito, clarividencia en lo que no se puede ver. ¡Que nos pongan un polígrafo! Cuando miento pita, si digo la verdad, no. Así podemos seguir desconectándonos más y más de otros seres humanos, de nuestra intuición, de lo que no se ve ni se oye pero se siente, y más conectados a un aparato que piensa y siente por nosotros y, ya de paso, nos dice qué sentir, no vaya a ser que me equivoque y dedique dos meses de amistad a la persona equivocada.
Qué miedo al fracaso, a la equivocación, que no son tales cosas sino aprendizajes. Si me enfado y me frustro, si alguien me decepciona, que la máquina me diga también el nivel de cada una de estas emociones:
frustración: 45% de intensidad/gravedad
enfado: 37,331% de intensidad/gravedad
decepción: 77,7% de intensidad/gravedad
Para responder a un ¿cuánto tiempo le dedico a rumiar esta experiencia? ¿es para tanto? ¿le perdono? ¿doy otra oportunidad? ¿me olvido?
Hasta que venga ese robot, tendremos que seguir cavilando y navegando nuestras emociones y tomando decisiones, asumiendo el riesgo a equivocarnos. Responsabilizándonos.
Hablé más de este tema en La chispa de la máquina I y La chispa de la máquina (2) que podéis escuchar en modo Podcast en Spirit Almanac.
Retomando nuestro tema inicial, Yoga no es una competición, es un viaje de autodescubrimiento y a absolutamente nadie le importa en qué punto del camino estás excepto a ti. Exponerlo, compartirlo, presumir, luchar, desear destacar…no puede estar más alejado del objetivo del yoga.
Volviendo a aquella noche, estuvimos comentando sobre un libro que estamos perfilando sobre reflexiones de yoga con bellas imágenes que hace un amigo usando té entre otros tintes naturales.
Y de nuevo surgió la pregunta: - ¿pero será con imágenes de posturas?
Ufff, como cuesta desaprender.
No, no hay fotos de posturas porque no hacen falta más fotos de posturas, ya está IG lleno de fotos de posturas y es lo que hace que gente como esta chica de la cena esté tan confundida y le cueste salir de ahí.
No las hay en mi libro porque no hablo de posturas, porque yoga para mí cada vez es menos eso. Hablo de reflexiones sobre la práctica de yoga que se pueden extrapolar a la vida real, puedes cambiar la palabra “yoga” por “vida” en muchos de esos textos.
Y no, no hay posturas…. O espérate que sí, que sí hay posturas aunque no como las podáis imaginar. Porque cada una de esas reflexiones busca darle una vuelta a tu mente, ponerla al revés, ver las cosas desde otra perspectiva, darle un twist o giro, que te inclines o rindas ante una verdad, que te alces con energía extendiéndote ante ciertas ideas. Entonces sí, hay posturas, posturas mentales. Busca la reflexión, que la mente entre en distintas asanas o posiciones y para ello hemos entrenado primero el cuerpo físico en la esterilla. Asanas para tener la experiencia física, energética de aquellas verdades que nuestra mente puede alcanzar o ocupar como si fueran moldes.
Las asanas buscan crear patrones energéticos, formas geométricas por donde circula prana (y prana circula con nuestra mente no poniendo la pierna detrás de la cabeza) para que luego, cuando te sientas a meditar, puedas alcanzar distintos espacios porque has ensanchado tu mente, prana fluye, no hay obstáculos, puedo sumergirme en los estados más profundos y sutiles con la meditación.
Así que en mi libro hay formas geométricas y hay reflexiones escritas como una manera de unir la belleza de la experiencia, de la vida, a la belleza de la imagen. El sonido con la forma. El mantra con su mudra.
Un libro con pequeños textos que no son para enseñarte cómo es la vida, ni cómo debes ser tú, los síes ni los noes. Son invitaciones para que explores, para que comiences este viaje llamado Yoga, son preguntas y reflexiones no son respuestas. Cada uno habla de algo pero no lo cierra, deja el tema abierto para que lo completes tú según tu experiencia, aprendizajes, dudas. Son pequeñas puertas que te conducen a otras tantas preguntas, cada vez más profundas. En zen se dice: “pequeñas dudas, pequeños despertares”. Sin dudas, no hay despertar; gran duda, gran despertar.
Por cierto, ¿hace falta un cuerpo atlético en mallas para expresar o entender todo esto? ¿Cómo era el tema inicial? Ah, sí yoga para las Olimpiadas, por favor seamos serios, no hay siglos de tradición del yoga dedicados a hacer perfectamente Virabhadrasana 3, sólo pensarlo es tan ridículo… Seguiré respondiendo a estas preguntas en las cenas de verano y seguiré compartiendo lo que es yoga, aunque sea una pequeña parte (la que mi inteligencia limitada me permite apresar) con respeto, sabiendo que hay mucho más y más complejo aunque a veces se sienta como predicar en el desierto.
🩵
PD: el libro del que hablo está en el horno, al ser con imágenes cuesta ver el formato final etc pero... ¡Llegará!
PD: próxima carta quizá llegue el domino o lunes próximo, vuelvo a estar unos días sin acceso a wifi, redes, etc.☺️
Gran texto Tamara 🤍Chascarrillo:Seríamos un rollo visual para las olimpiadas, me imagino de mis guisas para yoga, nada sexy, tumbada en savasana y el jurado tocándome con un palo al rato por si me he muerto 😂😂😂😂
Qué maravilla, Tamara. Esa conversación es más habitual de lo que parece. 'Tengo una amiga que tiene mucho nivel en yoga, no veas qué posturas hace'. Lo he escuchado de algún conocido en más de una ocasión...
Ese libro tiene una pinta maravillosa. Muchas ganas!